Cuelgo otras dos portadas del proyecto handmade de farö-dokument. Ya solo quedan 19 por hacer...
La mejor película que vi en Gijón, bueno no, mentira que me la pasó Fran para poder tener todas vistas de Sección Oficial y la vi en casa, fue
"Workingman's Death" de Michael Glawogger, un austriaco que filma como Dios. Es un documental, musicado por
John Zorn, que viene a ser una reflexión sobre la cultura del trabajo en el siglo XXI que se acaba pareciendo a una pelicula de terror porque en cada plano estás diciendo "qué puto miedo!". Está dividido en varios capítulos que hablan solitos:
Héroes: mineros ucranianos y licenciadas universitarias sin trabajo que se cuelan en galerías de minas abandonadas para poder seguir extrayendo carbón para sobrevivir. Las galerías en cuestión son de menos de 50 cm de alto. Y la camara se mete con ellos. De fondo un héroe del trabajo soviétivo creado por su aparato propagandístico.
Fantasmas: pobres diablos en Indonesia que se meten en un volcán a sacar azufre. Cuando salen les esperan turistas para hacerles fotos y darles galletas.
Leones: trabajadores en un matadero de Nigeria. Los que degüellan y los que asan la carne, conviven a diario con la sangre, el humo de los neumáticos quemados, el barro y con un falta absoluta de normas de higiene. En un buen día una sola persona llega a rebanar 300 cabezas de ganado.
Hermanos: Pastunes en Pakistán desguazan en la costa cargeros, petroleros y otros navíos deshauciados. Trabajan con soplete y cualquier resto de fuel o petróleo es mortal, por no hablar de un paso en falso en las alturas o de que se les caiga un trozo de barco sin avisar. Un fotografo local les hace fotos que les vende para enviar a las familias con un Kalashnikov de juguete.
Futuro: la industria siderúrgica china avanza a una velocidad descomunal en cuanto a cambio tecnológico, según sus trabajadores. Estos viven en calores extremos y residuos en forma de gas fatales.
Epílogo: la tranquila y ecológica Alemania. Una industria siderúrgica que funcionó durante todo el siglo XX se ha convertido en un parque temático decorado por un artista visual con luces de colores donde flirtean y juegan grupos de adolescentes.
Cada plano, rodado con serio riesgo en ocasiones, vale por toda la película. De lo mejor que he visto durante el año.
r.
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